La situación de la educación ha cambiado radicalmente en los últimos años hasta darse la circunstancia de que hoy en día se habla de malestar docente. En la actualidad hay muchos docentes, profesores de instituto o de Universidad, maestros, con muchos años de experiencia que desean que llegue el momento de su jubilación, lo cual es signo de que el sistema educativo los ha defraudado.
La expresión malestar docente es ambigua. La palabra malestar según la Real Academia Española hace referencia a una desazón o incomodidad indefinible. Cuando se utiliza la palabra malestar nos estamos refiriendo a algo que no anda bien, pero no somos capaces de definir qué es lo que no marcha y por qué.
El malestar laboral o burnout o “síndrome del trabajador quemado” es un síndrome, esto es, un conjunto de síntomas similares que aparecen a raíz de la vivencia por parte del trabajador de unas condiciones negativas en su puesto de trabajo.
Blase (1982), habla del estrés de los profesores distinguiendo factores de primer orden y de segundo orden. Los primeros son los que inciden sobre la acción del profesor generando sentimientos y emociones de carácter negativo, y los de segundo orden son los que tienen relación con el contexto en que se ejerce la docencia. Es importante señalar que dichos factores por sí solos no influyen directamente ni de manera influyente, pero si se unen sucede todo lo contrario, esto es, influyen sobre el autoconcepto del docente y la imagen que éste tiene de su trabajo.
Siguiendo estas líneas, cuando se ve afectado el autoconcepto que los profesores tienen sobre sí mismos se provoca en ellos un sentimiento de falta de autoestima, inseguridad y una deficiencia en su identidad personal.
Algunos de los factores que inciden en el malestar docente son:
En definitiva, estos cambios sociales, culturales y educativos inciden en la definición profesional de los docentes.
Algunas de las causas del malestar docente son:
- Escasa valoración de la labor docente.
- Progresiva complejización de la organización educativa.
- Exigencia constante de altos niveles de atención, concentración y precisión.
- Implicación emocional con alumnos, padres y compañeros, que desemboca muchas veces en relaciones conflictivas
- La indisciplina de los estudiantes.
- La falta de recursos para poder hacer frente a las nuevas exigencias del sistema de enseñanza.
Por tanto, las principales consecuencias de dicho problema según Esteve (1994) son:
- Agotamiento emocional y ansiedad.
- Despersonalización y falta de realización personal (depreciación del yo).
- Sentimientos de desconcierto e insatisfacción ante los problemas de la práctica docente.
- Peticiones de traslado como forma de huir de situaciones conflictivas.
- Deseo de abandonar la docencia.
- Absentismo laboral.
- Estrés.
- Autoculpabilización ante la incapacidad para tener éxito en la profesión docente.
- Enfermedades físicas (ansiedad, depresión, dolores músculo-esqueléticos, hipertensión, problemas cardiovasculares, etc.).
Para finalizar, mencionaré la definición dada por Esteve (1987) acerca del concepto de “malestar docente”: “requiere a los efectos permanentes de carácter negativo que afectan la personalidad del profesor como resultado de las condiciones psicológicas y sociales en que se ejerce la docencia; este malestar docente trae múltiples consecuencias: ausentismo laboral, abandono de la profesión, enfermedades propias del profesorado, etc.”.
Bibliografía y webgrafía:
Esteve, José M. (1994). El malestar docente. Barcelona: Papeles de Pedagogía. Paidós.
Hué, Carlos (2008). Bienestar docente y pensamiento emocional. Madrid: Wolters Kluwer.
¿Y los factores que favorecen el bienestar? ¿Cómo contrarrestar los factores negativos? ¿Qué hacer para fortalecer las capacidades docentes ante las adversidades?
Exprimir las fuentes que manejas...
Saludos
Lourdes