#02: Brecha digital.

Bienvenidas compañeras y amigas a mi nuevo blog para esta red social, en este caso me sumaré a la iniciativa de querer tratar el tema de la brecha digital y de cómo las TIC incrementan notablemente la desigualdad en esta nueva sociedad digital.

 

En primer lugar, me gustaría resaltar algunas nociones que he podido reflexionar y conocer gracias a las distintas reflexiones llevadas a cabo en el aula y tras la asimilación de algunos contenidos de las lecturas propuestas, me refiero por ejemplo a la concepción de la sociedad digital como la nueva realidad sobre la que trabajar, de como establece el uso de las TIC en aspectos tan básicos como nuestra vida cotidiana o la estructura productiva, consolidando el ámbito digital como al lugar donde, en propias palabras del autor Ragnedda (2020) “han migrado los recursos, las oportunidades y las actividades”. Estamos creando por lo tanto, un espacio exclusivo para aquellas personas que puedan beneficiarse de las ventajas que nos aporta la tecnología, un espacio que no dará cabida a aquellas personas que, bien por sus condiciones económicas, sociales o culturales no consigan acceder a esos beneficios, estamos en definitiva creando nuevas barreras que fomentan desigualdades y separando cada vez más a una sociedad polarizada. 

 

Ya no entenderemos solo excluidos sociales sino que estará íntegramente ligado a la exclusión digital, negando ese acceso a todo tipo de oportunidades. 

 

Pero no solo con esto, la brecha digital comprende muchas otras realidades sobre las que imponer sus desigualdades. Colectivos que se verán afectados por sus condiciones y características que los hacen únicos y que se verán obstaculizados por algoritmos que los encasillarán en según qué espacios se consideren adecuados. En lo personal, me basta con abrir cualquiera de mis redes sociales para darme cuenta de que lo que me pueda encontrar en ellas no es una representación real de lo que ocurre en el mundo, solo se trata de una burbuja segura donde encontrar personas afines a mis propias ideas que están sesgando la concepción que tengo del mundo. 

 

Ante esto me queda preguntarme, ¿Estamos todos afectados de la misma forma por la tecnología? ¿Esto que ocurre con mi algoritmo en TikTok es el problema con el que se encuentra el resto de personas? Y la respuesta fácil es que seguramente  no, mucho menos después de entender como funcionan los distintos niveles de la brecha digital.

 

Habrá personas que encuentren dificultades con el acceso a las tecnologías, otras que no comprendan del todo su uso y quienes no sepan sacarle un beneficio correcto a las mismas. Por ejemplo, mientras yo pueda entrar en conflicto con saber si el beneficio que le saco a la tecnología es bueno o no, mi madre todavía se estará peleando con Whatsapp por saber como enviar un enlace web, en este caso nos habremos quedado en diferentes niveles de la brecha a pesar de contar ambos con el mismo acceso a la tecnología. Aquí entran en juego otros principales ejes de la desigualdad que generan las redes sociales, tales como el género, la edad, la raza, la educación… 

 

Sin duda, la tecnología nos demuestra día a día que es un artefacto cultural muy potente, y que será capaz cada vez más de alterar nuestra estructura cognitiva creando y normalizando nuevas pautas que seguir ante las realidades que ella misma vaya generando, y como tan ligada se encuentra a nuestra cultura y a lo que somos potencia lo que el ser humano ya es de por sí, un ser que vive en una sociedad y en un sistema que se beneficia de las desigualdades que genera. Una meta cada vez más difícil de alterar, mucho más cuando juega con instrumentos tan potentes como la tecnología de su parte.

 

Imagen: Meme de Rosalía

Referencias

Ragnedda, M. (2020). Mejora de la equidad digital: Conectando la subclase digital. (pp. 44-78). Palgrave Macmillan. https://doi.org/10.1007/978-3-030-49079-9